Los sueños esos grandes amigos, donde siempre se mezclan verdades, fantasía, anhelos y los mas profundos deseos, de los que muchas veces ni uno mismo los sabe. También es ciertos que muchisimas veces los sueños no tendrán una lógica.
Aunque siempre están esos especialistas que creen saber interpretarlos, yo prefiero darles mi propia interpretación, para algo son mis sueños. Y hablando de sueños todo esto es para postear el ultimo que he tenido, en el que ni en sueños he abandonado el salón del comic de Getxo, donde he pasado encerrado todo el finde.
El sueño es simple y musical pero la pena es no poder captar esa música pero bueno no se puede tener todo, hay va el sueño:
Era un día indefinido, y me encontraba en el estand de la asociación, y había comenzado el concurso de karaoke, cuando oigo que me llaman a cantar (lógicamente me cague en mis amigos, pero con cariño que total ya no tengo vergüenza desde hace tiempo).
La cosa es que subo al escenario dispuesto a berrear y desgañitarme, aunque no tengo ni idea de que canción es la que me han puesto, pero aun así me lanzo a cantar. Empiezo a notar un calor cito rico que me envuelve y decido saltar.
Pero no solo salto sino que vuelo, y de repente estoi envuelto en una bola de fuego y empiezo a volar por la carpa prendiéndola fuego, y dejando todo el espacio al aire libre, mientras se consume la carpa se va viendo un precioso cielo azul y me lanzo a volar mas alto, cuando de repente me di cuenta que no estaba volando solo.
A mi siniestra trotaba por los aires un precioso lobo bastante grande, con un pelaje marrón excepto una parte del pelo de la cabeza y la espalda, como si fuese una melena. Por mi diestra una antera, también de pelaje marrón y unos ojos del mismo color intenso que su pelaje.
El lobo me observa directamente, siguiendo mis movimientos, la pantera solo mira de vez en cuando y de forma mas menos disimulada, como si me escoltasen en mi vuelo. Tras un rato de vuelo vuelvo a descender (y en todo este tiempo he seguido cantando la canción que no se cual es) y cuando bajo me encuentro que los estand, se han convertido en caseta y todo el recinto estaba rodeado en un muro de piedras, no muy alto y las actividades se habían expandido inmensamente.
Lo peor es que en ese momento me trajo a la realidad el despertador para ir a currar en el estand. que aunque compartes tu tiempo con los amigos, sientes que no has tenido finde ya que no has parado de currar, pero eso ya es otra historia.